Las luces antimosquitos utilizan una tecnología basada en la frecuencia de la longitud de onda, por lo que se encargan de desprender una luz que resulta molesta para la visión de los mosquitos, manteniéndolos alejados del área de alcance y evitando así posibles picaduras. La opción ideal para proteger a alérgicos y niños.
Por otro lado, los farolillos antimosquitos tienen un funcionamiento completamente distinto. Estos dispositivos cuentan con una luz que atrae a los insectos y genera una descarga eléctrica en el momento que entran en contacto con la resistencia. Por eso estos farolillos son tan recomendables en tu iluminación exterior en balcones, terrazas, patios y jardines.
Lo ideal sería colocar lámparas o farolillos antimosquitos en tus zonas de exterior y bombillas antimosquitos en tus lámparas comunes. Así tu iluminación normal no atraerá a los mosquitos y el farolillo se encargará de acabar con los que se acerquen. ¡La combinación perfecta!